¡No muevas el hombro!
Decirlo es sencillo pero en la práctica sumamente complicado, esto porque de manera inconsciente siempre nos estamos moviendo. Lo hacemos por reflejo y porque nuestro cuerpo lo necesita, está hecho para eso, pero cuando hemos sufrido algún accidente o lesión, entendemos que todos esos movimientos que consideramos “naturales” son el producto de un complicado sistema de huesos, músculos y ligamentos que al no estar en perfecto estado, moverlos puede convertirse en una pesadilla.
Hablemos del hombro.
El hombro es una importantísima articulación que une el brazo con el tronco y está formado por la conjunción de los extremos de tres huesos (clavícula, escápula y el húmero) así como una considerable cantidad de músculos, ligamentos y tendones que permiten su movilidad. Hay que decir que el hombro es la articulación con mayor amplitud de movimientos del cuerpo humano, por lo que una lesión de cualquier tipo y zona afecta de manera considerable la capacidad de la persona para realizar cualquier actividad.
Los deportistas cuyas disciplinas exigen el uso constante de las extremidades superiores (tenis, beisbol, golf, básquet, pesas, etc.) se ven particularmente afectados por lesiones en los hombros ya que los ligamentos, articulaciones y músculos se van desgastando poco a poco como consecuencia del uso exigente al que son sometidos (tendinitis). Por otro lado los deportes de contacto pueden ocasionar luxaciones (separación de uno de los segmentos óseos que forman la articulación). Debido a la complejidad de esta articulación sólo basta con que una sola pieza del complicado sistema falle para impedir su uso.
Ciertas enfermedades también afectan de manera directa al hombro, como la artrosis: la cual es una enfermedad degenerativa que se caracteriza por la degeneración del cartílago que recubre las articulaciones. Y la artritis: el cual es un proceso inflamatorio que afecta la articulación y en general está relacionada con la artritis reumatoide, una enfermedad inflamatoria sistémica autoinmune, caracterizada por una inflamación persistente de las articulaciones.
Tratamientos.
Para las lesiones del hombro es fundamental visitar un traumatólogo, quien diagnosticará de manera precisa daño ocasionado y su magnitud. En el peor de los casos estas lesiones pueden requerir de complejas cirugías, mientras que en otros, basta con paciencia y la siempre oportuna fisioterapia de la que ya hemos hablado en otros artículos (disciplina de la ciencia salud encargada de la rehabilitación no farmacológica para diagnosticar, prevenir y tratar síntomas de múltiples dolencias, tanto agudas como crónicas)
En el caso de una rehabilitación terapéutica o post operatoria es imprescindible dejar inmóvil la articulación para evitar que los músculos del hombro se contraigan y alteren el proceso de recuperación.
El cabestrillo siempre salva.
Cuando hablamos de inmovilizar el hombro es automático, se nos viene a la cabeza el cabestrillo y la razón es bastante evidente: su uso es simple y eficaz. Esta prenda se utiliza en el 100% de los casos de lesiones o accidentes relacionados con las extremidades superiores: fracturas, luxaciones, dislocaciones, operaciones, entre otras. La sencillez de su diseño permite limitar la movilidad del hombro manteniendo el brazo en su lugar y evitando movimientos innecesarios que pueden generar complicaciones, además proporciona comodidad y estabilidad al hombro.
Es muy importante usar el cabestrillo correctamente. Esto evitará la acumulación de sangre y fluidos en tu mano o muñeca. Además de eso, usarlo correctamente también puede aumentar el nivel de comodidad.
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