Los pies sufren nuestros malos hábitos al caminar y nos lo hacen saber. Es probable que la vida agitada que acostumbramos llevar, el ritmo acelerado de todo lo que nos rodea lo que no nos deja darnos cuenta de ciertas cosas hasta que ya las tenemos en frente, o, mejor dicho, en nuestros pies.
Los callos son un problema, no especialmente grave, pero sí estético que afecta a una gran cantidad de la población.
¿Y qué son exactamente los callos?
La hiperqueratosis, comúnmente llamada “callo” es una acumulación de queratina en una zona de la piel con gran cantidad de células muertas de la epidermis y suele darse en respuesta a un estímulo externo a la piel como la fricción excesiva. Es decir, la piel comienza a reforzar una zona que generalmente es afectada por el roce del zapato, por ejemplo, y es este “refuerzo” al que conocemos como callo.
Remedios populares
- Remedio para callos #1: Existen diferentes remedios populares con respecto a los callos tal vez el más tradicional consiste en rascarlos suavemente con piedra pómez, luego frotarlos con una cebolla cruda cortada por la mitad y finalmente colocarle encima unas gotas de tintura de árnica.
- Remedio para callos #2: Este remedio tradicional consiste en colocar sobre el callo un diente de ajo machacado (o puede combinarlo con aceite de oliva) lo cual favorece su reblandecimiento y desaparición. Al final debe cubrir con tela.
- Remedio para callos #3: Otra forma de combatir los callos es elaborando una pasta al triturar 5 ó 6 aspirinas y mezclarlas con una cucharada de agua y jugo de limón el cual debe colocarse sobre los callos y envolverlos en una toalla caliente por 10 minutos. El calor hará que la pasta penetre y suavice los callos. Finalmente, rásquelos con una piedra pómez. De esta forma, podrán desprenderse con más facilidad.
- Remedio para callos #4: Hacer macerar, aproximadamente por veinticuatro horas, varias hojas de puerro en vinagre de vino, y aplicarlas sobre el callo, que se extirpará luego con suavidad con un instrumento no cortante y desinfectado. Entre otros.
Causas comunes
Los callos no son afecciones especialmente complicadas, ni para generarse ni para explicarse, como se dijo antes, la fricción constante con el calzado puede producirlos, pero no es la única manera de que se desarrollen. La forma de caminar es una causa muy común en la aparición de callos, debemos recordar, que nuestro cuerpo está diseñado para caminar de una forma muy específica y si no lo hacemos, el reaccionará de una u otra manera. El tener algún defecto en nuestra pisada quiere decir que unas zonas del pie pueden estar sobrecargándose mientras otras apenas sienten el estrés y el peso del cuerpo, como respuesta la piel de la zona sobre la que se ejerce mayor presión se endurece para soportar de manera “adecuada” la presión y la fricción al caminar.
Las deformidades en los pies también causan callos, esto porque (dependiendo de la deformidad presentada) unas zonas del pie llevan más peso y presión, siendo en algunos casos zonas que ni siquiera deben estar involucradas con la pisada. Los juanetes también suelen producir callos, recordemos que estos son precisamente un tipo de deformación del pie que cambia la forma del metatarso y puede afectar nuestra manera de caminar, aunque no lo notemos.
Recomendaciones
Si tiene callosidades en los pies, se recomienda lo siguiente:
- No se corte un callo: Existen en las farmacias una gran cantidad de utensilios para cortar los callos, pero se aconseja no emplearlos, ya que se expondría a una infección y hasta una hemorragia.
- Ponga almohadillas en los zapatos: Se puede obtener alivio temporal de sus callos si se usa almohadillas hechas de un material que está más alto que el callo, y así lo protegen del contacto con el zapato o puede colocar algodones que eviten que el callo roce con el zapato.
- Separe los dedos de su pie: Si tiene callos entre los dedos de los pies, manténgalos separados con algodón y, además, ponga polvos de bebé, para ayudar a absorber la humedad.
- Cuidado con los zapatos: en ocasiones los zapatos pueden que contribuyan a la formación de callosidades.