Rescata tus zapatos del olvido, todavía puedes salvarlos.
Los zapatos son una prendar de vestir básica que hemos usado desde hace mucho tiempo y suelen decir mucho de nosotros “dime qué zapatos usas y te diré como eres”. Cuidarlos es importante y para hacerlo necesitamos saber un poco más sobre el material del que están hechos. Hoy en día se utiliza una gran variedad de materiales para confeccionar calzado, en esta ocasión hablaremos del cuidado de uno en particular: el nobuck.
Si el nombre no te suena ni te hace eco en los oídos no te alarmes que eso termina hoy.
El nobuck es un tipo de cuero de vaca y tiene una textura aterciopelada que se consigue mediante el lijado de la parte exterior de la piel, más fuerte y duradera. No se debe confundir con la gamuza, otro tipo de cuero también aterciopelado que de igual manera se lija para lograr el resultado final. La principal diferencia entre ambos es que mientras en el nobuck se lija en la superficie externa de la piel, lo que viene siendo la piel exterior del animal, mientras que para darle forma a la gamuza se lija en la capa interna de la piel.
El calzado fabricado en este material suele tener un costo elevado debido a la valoración que se le da al nobuck, además de que ofrece impermeabilidad y buena resistencia. Un par de zapatos de nobuck siempre van a ser duraderos y de un estilo muy propio, siendo un producto que destaca por la personalidad que ofrecen.
Si lo tuyo no es usar cuero animal, por tus muy respetables opiniones respecto a este, recuerda que como pasa con el cuero (del que ya hablamos en otro artículo) también existen materiales sintéticos que suplantan perfectamente al nobuck, así que no hay necesidad de privarse de vestir un calzado con la personalidad del nobuck ya sea de cuero real o sintético.
La desventaja de los materiales de cuero aterciopelado es que son más vulnerables a las manchas y la suciedad, por lo que para su limpieza es necesario utilizar herramientas y productos específicamente diseñados para cuidar el nobuck.
En el caso del shampoo de zapatos, su uso no es para nada complicado, lo único que se debe hacer es diluir un poco de shampoo en agua y una vez ambas sustancias estén mezcladas fregar con un paño sobre la superficie del zapato. También es recomendable utilizar un paño especial para la limpieza del nobuck, con esto verás mejores resultados. Si se tratase de manchas más persistentes es posible también hacer uso de una goma para gamuza o una lija para frotar la superficie del nobuck y así erradicar las manchas más difíciles.
Ahora sí, saca esos zapatos de debajo de la cama, dales una justa limpieza ¡y lúcelos como nuevos!